Cada vez que voy a Milán no puedo dejar de visitar el Castello, aún que sea por 5 minutos. Este imponente edificio fue durante siglos la fortaleza, la residencia y la sede administrativa de dos de las más importantes y poderosas señorías de Italia: los Visconti y los Sforza.

La construcción original fue iniciada a mitad del siglo XIV por Galeazzo II Viconti. El primer castillo tenía una planta cuadrada con 200 m por lado con una torre en cada una de las esquinas. Lamentablemente fue en buena parte destruido por los partidarios de la República Ambrosiana que derrocó los Visconti en el año1447.

En 1450, Francisco I Sforza, una vez que venció a los republicanos, comenzó la reconstrucción del castillo para convertirlo en su residencia. Todos los miembros de la Familia Sforza contribuyeron a ampliar y embellecer el Castello, pero fue sin duda durante el gobierno de Ludovico el Moro, que el Castillo se convirtió en una de las cortes más lujosas de Europa que contaba con la presencia de importantes artistas como Leonardo da Vinci, Bramante y otros.


