¿Como describían los antiguos Romanos a los habitantes de la Laguna Veneta?
Para responder a esta pregunta es muy útil leer una carta de Flavio Aurelio Casiodoro, el Romano que fue ministro de los reyes ostrogodos y al que debemos una de las pocas descripciones de la laguna realizadas la antigüedad.
En esta carta escrita entre el 537-538 dc, Casiodoro solicitaba a los «tribunos marítimos» de las Venecias, que una serie de productos agrícolas fueran transportados en barco desde Istria (Croacia) hasta Rávena, utilizando si es necesario la ruta interior, es decir navegando atravez de todas las lagunas y canales que en esa época ocupaban cssi por completo las zonas costeras del nordeste de Italia. Esta ruta era llamada «Septem Mària» y unía Rávena, Altino y Aquilea.

En la carta Casiodoro descrive el entorno de la laguna en el que era posible navegar incluso cuando las condiciones meteorológicas no permitían aventurarse en el mar.

Y señala que los habitantes, tenían sus casas como las de las aves acuáticas, es decir construidas sobre el agua con palafitos y con las barcas atadas a estas como si fueran animales, y que su única riqueza consistía en la pesca y en la producción de sal.
A continuación les dejo una traduccion libre realizada por mi de la Carta de Casiodoro a los Venecianos.
«A los Tribunos Marítimos, Senador, Prefecto Pretoriano.
Por orden ya dada, he decidido que la producción de vino y aceite de Istria, de la que hay una gran abundancia este año, sea transportada con buenos resultados a la sede de Rávena. Por lo tanto, tú, que posees numerosos barcos en tus fronteras, con cortecia y empeño procura que lo que esa (región) esté dispuesta a dar sea transportado rápidamente.
Ambas tareas tienen la misma importancia, ya que una disociada de la otra no permite alcanzar el objetivo. Por lo tanto, tú que viajas a menudo por espacios interminables, debes estar bien preparado para viajar por espacios cercanos. Tú que navegas por los mares de la patria, de alguna manera corres aquí y allá por lugares hospitalarios que te pertenecen.
También se suma a sus ventajas el hecho de que para usted es accesible otro camino tranquilo y siempre seguro. Porque cuando el mar no es navegable a causa de los vientos furiosos, se abre un camino muy conveniente a través de los ríos.
Sus naves no temen los vientos violentos, tocan el suelo con gran facilidad sin sufrir daños y no se estropean, aunque choquen con frecuencia. Desde la distancia se puede creer que son casi llevadas a través de los prados, cuando sucede que no se ven los canales. Arrastrados por cuerdas avanzan, ellos que suelen quedarse atados por los codos, y, cuando la situación cambia, los hombres de a pie les ayudan a avanzar. Los hombres arrastran los barcos de transporte sin ningún esfuerzo, y utilizan en lugar de las peligrosas velas el paso más seguro de los marineros.
Las Venecias, antaño famosas y llenas de nobleza, limitan al sur con Rávena y el Po, mientras que al este disfrutan de la belleza de la costa jónica, donde el movimiento alternativo de la marea ahora cubre el agua y ahora muestra el aspecto de los campos.
Vale la pena recordar cómo son sus viviendas que he visto.
Aquí tienes tu casa, similar en cierto modo a los nidos de las aves acuáticas. Y de hecho ahora parece terrestre ahora insular, por lo que uno podría pensar que son las Cícladas, donde de repente se puede ver la apariencia de los lugares transformados.
Del mismo modo, las viviendas parecen estar esparcidas por el mar en amplísimas extensiones, y no son obra de la naturaleza, sino del cuidado de los hombres.
Pues en esos lugares la consistencia del suelo se hace más sólida al entrelazar ramas flexibles, y no dudan en oponer esta frágil defensa a las olas del mar; esto es evidentemente cuando la costa poco profunda no puede repeler la grandeza de las olas, y éstas quedan sin fuerza al no estar sostenidas por la ayuda de la profundidad.
Así que sólo hay una cosa en abundancia para los habitantes, que se conforman sólo con el pescado. Allí la pobreza coexiste con la riqueza de la misma manera. Un alimento alimenta a todos, casas similares acogen a todos.
No conocen la envidia del hogar, y así los que tienen menos evitan el vicio al que sabes que está sujeto el mundo.
Todos sus esfuerzos se dirigen a la producción de sal: hacen girar los rodillos en lugar del arado y las guadañas: de ahí provienen todas tus ganancias ya que en esto posees hasta las cosas que no tienes. De alguna manera se acuña una moneda que te permite vivir. Cada flujo está al servicio de su arte. Puede que algunos no busquen oro, pero no hay nadie que no desee tener sal, y con razón, ya que todo alimento que sabe bien se lo debe a esto.
Por lo tanto, reparad con diligencia las embarcaciones que mantenéis atadas a las paredes de vuestras casas como si fueran animales, para que cuando Laurentius, hombre de gran experiencia, encargado de procurar estos bienes, os dé la orden, os apresuréis a ir, sin retrasar los gastos necesarios a causa de alguna dificultad, vosotros que según el estado del tiempo podéis elegir el camino más adecuado
Ahora la version original en Latin.
Tribunis maritimorum Senator, praef. praet.
1. Data pridem iussione censuimus ut Histria vini, olei vel tritici species, quarum praesenti anno copia indulta perfruitur, ad Ravennatem feliciter dirigeret mansionem. sed vos, qui numerosa navigia in eius confinio possidetis, pari devotionis gratia providete, ut quod illa parata est tradere, vos studeatis sub celeritate portare. similis erit quippe utrisque gratia perfectionis, quando unum ex his dissociatum impleri non permittit effectum.estote ergo promptissimi ad vicina, qui saepe spatia transmittitis infinita.
2. Per hospitia quodammodo vestra discurritis, qui per patriam navigatis. accedit etiam commodis vestris, quod vobis aliud iter aperitur perpetua securitate tranquillum. nam cum ventis saevientibus mare fuerit clausum, via vobis panditur per amoenissima fluviorum. carinae vestrae flatus asperos non pavescunt: terram cum summa felicitate contingunt et perire nesciunt, quae frequenter inpingunt. putantur eminus quasi per prata ferri, cum eorum contingit alveum non videri. tractae funibus ambulant, quae stare rudentibus consuerunt, et condicione mutata pedibus iuvant homines naves suas: vectrices sine labore trahunt, et pro pavore velorum utuntur passu prosperiore nautarum.
3. Iuvat referre quemadmodum habitationes vestras sitas esse perspeximus. Venetiae praedicabiles quondam plenae nobilibus ab austro Ravennam Padumque contingunt, ab oriente iucunditate Ionii litoris perfruuntur: ubi alternus aestus egrediens modo claudit, modo aperit faciem reciproca inundatione camporum. hic vobis aquatilium avium more domus est. nam qui nunc terrestris, modo cernitur insularis, ut illic magis aestimes esse Cycladas, ubi subito locorum facies respicis immutatas.
4. Earum quippe similitudine per aequora longe patentia domicilia videntur sparsa, quae natura protulit, sed hominum cura fundavit. viminibus enim flexibilibus illigatis terrena illic soliditas aggregatur et marino fluctui tam fragilis munitio non dubitatur opponi, scilicet quando vadosum litus moles eicere nescit undarum et sine viribus fertur quod altitudinis auxilio non iuvatur.
5. Habitatoribus igitur una copia est, ut solis piscibus expleantur. paupertas ibi cum divitibus sub aequalitate convivit. unus cibus omnes reficit, habitatio similis universa concludit, nesciunt de penatibus invidere et sub hac mensura degentes evadunt vitium, cui mundum esse constat obnoxium.
6. In salinis autem exercendis tota contentio est: pro aratris, pro falcibus cylindros volvitis: inde vobis fructus omnis enascitur, quando in ipsis et quae non facitis possidetis. moneta illic quodammodo percutitur victualis. arti vestrae omnis fluctus addictus est. potest aurum aliquis minus quaerere, nemo est qui salem non desideret invenire, merito, quando isti debet omnis cibus quod potest esse gratissimus.
7. Proinde naves, quas more animalium vestris parietibus illigatis, diligenti cura reficite, ut, cum vos vir experientissimus Laurentius, qui ad procurandas species directus est, commonere temptaverit, festinetis excurrere, quatenus expensas necessarias nulla difficultate tardetis, qui pro qualitate aeris compendium vobis eligere potestis itineris.
Fuentes de información:
Ravegnani, Giorgio. Bizancio y el Occidente medieval (Universale paperbacks Il Mulino) (Edición en italiano) . Editorial Il Mulino, Spa. Edición Kindle.