La rotonda es una de las iglesias más antiguas de Mantova y tiene una historia increible.
Según la tradición, fue mandada a construir en el siglo XI por la Duquesa Matilde de Canosa inspirándose a la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, posiblemente para contener en su interior la reliquia de la sangre de Cristo.
La Rotonda
Sin enbargo, su ubicación varios metros bajo el nivel de la «piaza delle erbe», su forma redonda, su estilo arquitectónico hacen pensar que podría tratarse de la transformacion de algún un templo o mausoleo Romano.
La Iglesia fue desconsagrada en 1579, y con el correr del tiempo, luego de haberle sacado el techo, se transformó en el patio interior de los edificios que fueron construidos a su alrededor, desapareciendo asi por muchos siglos, hasta que a inicios del siglo XX al demoler algunos edificios de la zona volvio a la luz.
Después de un importante restauración volvió a convertirse en iglesia.
El interior de la rotonda es muy simple y sugestivo. Sus muros simples de ladrillos, la escasa cantidad de luz que hay en su interior (debido a que casi no tiene ventenas) y una bellisima cruz, inducen a la reflexion y a la oración.
La cúpula
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