Después de visitar el lago de Misurina, y como continuaba a llover, decidimos adelantar un día el itinerario y partimos a Dobbiaco. El camino que debíamos tomar estaba cortado por unas avalancha, asi que tomamos el que pasa por Cortina y Sappada. Esa tarde, después de instalarnos en el camping Olympia fuimos caminando a dar una vuelta por Dobbiaco.
Lo interesante de esta zona en el Trentino – Alto Adige es que todo el mundo te habla primero en Alemán y solo cuando se dan cuenta que no eres del lugar cambian a un Italiano con un fuerte acento. Esto es así ya que esta zona pertenecía a Austria hasta el fin de la primera guerra mundial y la mayoría de sus habitantes solo aprenden el italiano solo cuando entran al colegio.
Al día siguiente nos fuimos a Monguelfo y nos instalamos en un estacionamiento tranquilo cerca del parque del pueblo. Esa tarde fuimos a caminar un poco por los alrededores del castillo de Welsperg. En la noche nos encontramos con los los suegros de Alvaro para ponernos de acuerdo para el trekking del día siguiente.

Al día siguiente, de Monguelfo fuimos con el camper hasta Santa Maddalena, un pequeño pueblo donde se acaba el camino que va por el Val de Casies, y lo dejamos en el estacionamiento del andarivel, desde donde partía el sendero que queríamos hacer.

Caminamos al inicio por el bosque y después por las malgas, una preciosas praderas donde se llevan las vacas a comer durante el verano, es el equivalente a nuestras veranadas.



Después de unas tres horas de camino llegamos a nuestro destino, el limite con Austria, donde un pequeño cerco eléctrico evitaba que las vacas se fueran para el otro lado. Descansamos, comimos un poco y después el regreso.


De regreso tomamos otro sendero, incluso mas bonito que el anterior por que iba a media falda del cerro y se podía ver todo el valle que habíamos recorrido a la ida desde la altura.
Una de las cosas que me llamo la atención es lo bien cuidado que estaban los senderos y toda la zona en general. Por ejemplo todas las pequeñas quebradas y cursos de agua estaban protegidos para evitar la erosión. Sin duda toda la madera usada con este fin, fue subida usando Mulas ya que no hay ningún camino aparte del estrecho sendero.

Todo andaba muy bien hasta que en algún momento nos desviamos del camino y el regreso en vez de demorarnos dos horas lo hicimos en cinco. Regresamos al camper muertos de cansancio después de mas de 10 horas de paseo, pero felices por haber conocido un lugar realmente bonito.