Al entrar a la Basílica de San Marco uno se encuentra inmerso en un ambiente completamente dorado, el color del oro recubre cada ángulo…
La pala del Altar mayor no podía ser distinta. Ella es llamada Pala d’oro y es un gran panel de 334×212 cm. cubierto de imágenes sagradas realizadas en oro y plata dorada, con incrustaciones de casi dos mil entre perlas, piedras preciosas y esmaltes.

Es una de las obras maestras de los orfebres bizantinos, pero su aspecto actual no es el original, ya que atravez de los siglos ha sido ampliada, restaurada y enriquecida en diversas oportunidades.

La parte central e inferior pertenecen a un retablo encargado a Constantinopla por el doge Ordelaffo Falier en 1105.
En ella la figura central es un Cristo Pantocrator, rodeado de los cuatro Evangelistas. A ambos lados de la composición central podemos ver: 12 profetas, 12 apóstoles y 12 arcángeles en posición jerárquicay alrededor de estos, preciosos paneles que representan la vida y el martirio de San Marcos.
La primera grande transformación de la pala consistió en agregarle un friso en la parte superior, trabajo comisionado en el 1209 por el Doge Pietro Ziani. En esta parte hay siete grandes esmaltes que se cree provengan del antiguo monasterio del Pantocrator de Costantinopla.
La tercera intervención tuvo lugar entre 1343 y 1345 a instancias del Doge Dandolo, quien encomendó orfebres venecianos la tarea de enmarcar la obra y enriquecerla aun más de piedras preciosas.
Una de las curiosidades de esta obra es que originalmente en ella se podía ver el emperador Bizantino Alessio I Comneno y su esposa Irene al costado de la imagen de la virgen. Sin embargo el Doge Falier decidió pasar a la posteridad cambiando la cabeza del emperador por una imagen de sí mismo. Lamentablemente la nueva cabeza resultó no ser proporcional a las dimensiones del cuerpo, por lo que si se mira de cerca, la manipulación de la obra resulta evidente.
