Hasta hace muy poco tiempo no sabía que en Venecia habia existido un palacio real y estaba ahí delante de mis ojos en plena plaza de San Marco.
Despues de que Napoleón conquistò Venezia, decidió dotar a la ciudad de un Palacio Real y para ello remodeló el edificio de las procuratias nuevas, pero como estas no tenían vista a la laguna, mandó demoler el antiguo edificio de los graneros de Venecia y construir en su lugar los jardines reales que hace poco tiempo fueron abiertos al público después de una larga restauración.
Cuando Napoleon entregó el veneto a los Austriacos, la familia imperial continuó durante muchas decadas a enriquecer y a utilizar el palacio durante sus estadias en la ciudad. De hecho la mayoría del maravilloso mobiliario y las decoraciones pertenecen a éste período.





De las maravillas del palacio, sin duda, lo que más me gustó fueron las decoraciones de algunos de los muros de las habitaciones reales.





Después de la unificacion Italiana el palacio continuó a ser residencia real, pero esta vez de la casa de los Savoia, hasta 1946 cuando finalmente se convirtió en parte de los museos de plaza de San Marco.