Castelfranco es una de las tantas pequeñas ciudades amuralladas que pueblan el noreste de Italia, y que por el hecho de no formar parte de los itinerarios del turismo de masa, vale la pena visitar, sobretodo si uno se encuentra en los alrededores de Treviso Padova, Vicenza o Venezia.

Fue fundado en los últimos años del siglo XII como una ciudad fortaleza, la cual fue habitada por un reducido grupo de colonos, los que debían proteger los confines del territorio de Treviso.
El centro histórico esta al interior de las murallas medievales y es tan pequeño que no tiene una plaza como la mayoría de las ciudades, solo adelante del Duomo hay un pequeño espacio abierto cubierto de pasto.


Castelfranco es la ciudad natal de uno de los principales pintores Venetos, El Giorgione y al interior del Duomo se encuentra una de sus principales obras «la Pala de Castelfranco»

Como de costumbre, lo que más me gusta de las ciudades amuralladas son obviamente sus murallas. En el caso de Castelfranco estas están rodeadas de un bonito parque que permite apreciarlas en toda su magnitud.


La torre es uno de los puntos focales de la muralla, en su interior se puede aún ver un antiguo fresco con la representación de un carro, el símbolo de la signoria de la familia Carrara.


Recuerdo que la primera vez que visite castelfranco, como la ciudad es pequeña, aproveche de visitar otras dos ciudades muy bonitas que se encuentran a pocos kilometros: Citadella y Asolo. Lo recomiendo a todos…