Lamentablemente en una ciudad como Venezia, que le debe todo al mar, es casi imposible encontrar una nave antigua, de esas que le dieron la gloria en el mar ni aquellas que con su simple trabajo transportaron los productos que la hicieron durante muchos siglos la ciudad más rica y próspera de Europa.

Una de las pocas esepciones es un trabaccolo llamado «El Nuovo Trionfo» y que normalmente podemos ver anclado a un costado de la punta de la Dogana.

El fue botado al mar por primera vez el 27 de mayo de 1926 en Cattolica, y se utilizó inicialmente para transportar mercancías entre las dos orillas del Adriático. Más tarde se utilizó para dragar los puertos entre Trieste y Monfalcone, transportando arena y grava.

En 1970, cuando estaba completamente en desuso, el ingeniero Hugo Herrmann, hombre de gran cultura y pasión por el mar, la restauró. Gracias a él ha llegado hasta nosotros en buen estado.

En el  2008, fue comprado por la asociación que lleva su nombre, la que después de un nuevo restauro, lo dedica a realizar actividades culturales, educativas y como buque escuela en la laguna Veneta y el alto Adriático.

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