Durante los últimos siete decenios de vida del imperio Romano y con las invasiones barbaricas en pleno desarrollo, su capital se traslado a Ravenna, una pequeña ciudad rodeada de pantanos y con un buen puerto en el mar Adriático, lo que le permitía una fácil defensa y una buena posibilidad al emperador de escapar por mar en caso de necesidad.
Fue aquí donde el 4 septiembre de 476 Odoacre, rey de los Erulos depuso al ultimo emperador del imperio de occidente Romulo Agustulo.
Con la caída del imperio, Ravenna continuo a ser la capital del reino Italiano de los Ostrogodos y después de la reconquista de los Bizantinos de importantes territorios en Italia, se convirtió en su capital de estos. El Esarcato de Ravenna continuo a existir hasta 756 cuando Ravenna fue conquistada por los Francos del Rey Pepino y entregada al Papa para su administración.
De este modo, Ravenna es uno de los pocos lugares en Italia que continuo a mantener su posición de importancia durante los dos siglos que siguieron a la caída del imperio, lo que nos permite hoy en día visitar importantes edificios, que fueron construidos durante ese periodo y que aun se encuentran en perfecto estado de conservación. Estos fueron nominados por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1996.
Estos son: El mausoleo de Galia Placidia, los Baptisterios de Ortodoxo y Ariano, La Basílica Ariana (construida por el emperador Ostrogodo Teodorico y que hoy es conocida como San Apolinar), La basílica de San Vital (construida por el Emperador Justiniano), La capilla Arzobispal, el mausoleo de Teodorico y La iglesia de San Apolinar en Clase.
Todos estos monumentos son famosos ademas de su particular arquitectura por poseer los mosaicos Romanos mejor conservados del mundo.






