Por años he pasado por delante de Cologna Veneta y comido sus deliciosos turrones y nunca me había detenido a visitar esta pequeña ciudad de la provincia de Verona. La verdad es que valió la pena!!!

Cologna es una ciudad sorprendente, donde en pocos pasos se pasa de los restos de antiguas fortalezas medioevales a su magnífico duomo neoclásico, siglos de historia que se inician con los objetos expuetos en su museo arqueológico a las fachadas coloradas de sus casas.

Vista frontal de el Duomo.
El duomo de Cologna Veneta fue construído entre 1803 y 1827.
El Duomo dedicado a María Nascente es un ejemplo puro del estilo neoclásico: destacan columnatas, tímpanos y propileos similares a las construcciones grecorromanas, que expresan elegancia en sus líneas y belleza en sus proporciones.
Detalle de las 10 columnas del frontón del Duomo.
Los únicos restos del mastio y de las murallas de la ciudad.
El Palacio Pretorio fue la antigua residencia de los Pretores y Gobernadores de Colonia. Se cree que fue construido a instancias de Cansignorio, el último representante de la Signoria della Scala,

 

Durante la dominación veneciana, de 1405 a 1797, se convirtió en la residencia del Podestà-Capitan, el noble que representaba a la máxima autoridad de turno durante unos dos años.
Torre Cívica originalmente era una de las doce torres de dos pisos de las murallas que rodeaban Colonia. Fue construida en 1555, pero ha sido modificada varias veces. El actual reloj es de 1914.
El teatro de la ciudad.

Un poco de Historia

La zona de Colonia ha estado habitada desde la antigüedad, como atestiguan los numerosos hallazgos arqueológicos encontrados en los alrededores y que hoy se conservan en el Museo Arqueológico Cívico.

Al inicio la ciudad se llamaba simplemente colonia ya que su origen se remonta a los veteranos romanos que se establecieron en este lugar después de haber servido fielmente a Octaviano durante la guerra cilvil que siguió despues de la muerte de Julio Cesar.

Ya en época medieval se construyó el antiguo círculo de murallas, que con el paso de los siglos quedó prácticamente destruido. En 1287, Alberto della Scala hizo construir el segundo círculo de murallas y, un siglo más tarde, el complejo de la fortaleza fue restaurado por Antonio della Scala, pero de este quedan hoy sólo algunos vestigios, con una torre del homenaje y parte de las murallas cerca de dónde se encuentra el Duomo.

La parte más dulce de su historia comenzó a mediados del siglo XIX   cuando su farmacéutico local se dedicó a la producción de mandorlato, un exquisito turrón que es producido cada año entre Septiembre y Diciembre, una de las delicias del periodo navideño del Veneto.

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