Finalmente después de tantos, tantos años, la villa Selvatico de Battaglia Terme abrió sus puertas al público y logré visitarla.

Cada vez que iba o venía desde Padova, ella estaba ahí, en la cima del pequeño colle Santa Elena, observando todo lo que sucedía a su alrededor.

La fachada principal de la Villa.

Fue el marqués Bartolomeo Selvatico quien decidió comprar el terreno donde posteriormente su hijo, el ilustre medico Padovano Benedetto Selvático terminó  la construcción de la villa en 1647.

El lugar elegido era sin duda muy especial. Se le conocía también como «colle della Stufa»  debido a la presencia en su interior de una gruta, que era frecuentada desde la antigüedad debido a las propiedades curativas de las aguas y vapores termales que allí fluían espontáneamente.

La visita comienza al llegar a un gran prado verde que tiene diversas esculturas que miran, al igual que los visitantes, directamente a la gran escalinata que fue por mucho tiempo el único acceso a la villa.

Detalles de la escalera monumental.
Al costado derecho del prado se encuentra el antiguo invernadero, hoy usado como salones de eventos.

Subiendo la monumental escala es difícil decidir si mirar hacia arriba a la imponente villa o girarse a admirar los jardines y el bellisimo paisaje que comienza a abrirse ante nuestros ojos.

Llegando a la parte alta, se ve que la villa está ubicada en el centro de una gran terraza que la rodeada completamente. Aquí, instintivamente la villa pasa a un segúndo plano, casi que uno se olvida de su presencia, al observar la maravillosa vista que se tiene de los colli Euganei y del Canal Bataglia que corre rectilíneo desde Padova al colle della Rocca de Monselice, y que fue por siglos utilizado por quienes venían a la villa en barco desde Padova o desde la lejana Venezia.

Vista desde la terraza a los Colli Euganei
Una de las cuatro fachadas de la villa.

Al entrar a la villa se accede a la sala central en forma de cruz que presenta un rico ciclo de frescos pintados en 1650 por Luca Ferrari de Reggio. Las pinturas ilustran las Historias de Antenore, el mítico fundador de Padova;

Las escenas representadas en los afrescos son: la «Huida de Antenor de Troya», la «Victoria de Antenor sobre Valesio» y la «Fundación de Padua», todas ellas inspiradas libremente en la Eneida virgiliana y en las Historias de Livio.
Durante mi visita un grupo de baile estaba haciendo una presentación, fue como volver 200 años atrás en el tiempo.

El salón del segundo piso, es más simple que el primero pero tiene una bellisima cúpula al centro de la cual hay una rosa de los vientos que esta unida a la veleta ubicada en lo alto de la villa, de esta manera se podía tener controlada la dirección del viento sin salir de casa.

El salón del segundo piso.
La cúpula.
Detalle de la rosa de los vientos de la cúpula.

A los costados de los salones principales se encuentran algunos salones más pequeños y otras habitaciones destinadas a la vida diaria de la  familia.

Algunas de las habitaciones de la villa.
Detalle de las bellas lámpara y techos de la Villa Selvatico.

La villa siempre ha estado rodeada de una gran parque donde sus propietarios podían disfrutar del contacto con la naturaleza. A principios del siglo XIX, el arquitecto padovano Giuseppe Jappelli recibió el encargo de convertir el jardín de estilo italiano en un parque romántico, siguiendo la moda «inglesa», para ésto, Jappelli utilizó el agua de los tres pequeños lagos termales, como punto focal de su obra.

Así terminó mi visita a la villa Selvatico, visitando el parque con  sus pequeños lagos donde la silueta de sus grandes árboles se refleja en sus aguas…

Los grandes árboles del parque se reflejan en las traquilas aguas termales de los lagos.
Detalles de los jardines.

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