Durante mi último viaje a Chile, tuve la oportunidad de visitar la Viña Bouchon, lo que me trajo muchos recuerdos de los momentos vividos en el campo de mi abuela ubicado a unos 20 o 30 km de distancia.
Lo increíble es que más que el paisaje, fueron los olores los que inundaron mi cerebro. Perfumes que no sentía desde hace muchos, muchos años: el pasto y la tierra seca, el poleo que crecía entre las viñas, las hojas de los árboles de boldo y hasta el olor de la caca de los caballos… cuántos recuerdos de mi infancia!!!








