En los últimos días , el profesor de arqueología marítima de la Universidad Ca’ Foscari de Venecia, Carlo Beltrame, informó sobre los avances de los estudios realizados en la zona arqueología conocida como la «Villa Romana de Lio Piccolo».
La primera campaña que había tenido lugar hace exactamente un año y había sacado a la luz algunas estructuras de muros y pilotes a unas decenas de metros del terraplén del Lio Piccolo a lo largo del Canale Rigà.
En esta segunda temporada se encontró en el lecho marino un piscina de ladrillos de forma rectangular. En base a los análisis radiocarbónico se podría datar entre los siglos I y II a.C.
En la época romana, la estructura estaba sumergida y se utilizaba para el almacenamiento, quizá poco antes de su consumo, de las ostras. En efecto, estos crustáceos se conservaron de forma excepcional en el fondo del tanque. La presencia de una estructura de madera, que debió dividir el espacio mediante una compuerta, sugiere que ésta no era la única especie alojada en el depósito.
En el mundo romano», explica Carlo Beltrame, «las ostras eran muy apreciadas y se criaban, en la Galia y en la península italiana. Como recuerda Cicerón, los criaderos en el lago Lucrinus por Sergio Orata eran muy famosos. Los autores antiguos también nos hablan de las ostras de Istria, pero no mencionan Altino, donde, sin embargo, han aparecido ostras en varias excavaciones de la ciudad romana. Por ello, no es de extrañar que se encuentren en Lio Piccolo, es decir, en un lugar que en la época romana debía estar cerca de la costa, en condiciones ideales para su crecimiento».
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Los estudiosos han encontrado también algunos pilotes que soportaban pasarelas de ladrillo revestidas de loza, numerosos restos de valiosos frescos, y mosaicos en blanco y negro.
Este yacimiento forma parte del proyecto de arqueología del paisaje lagunar dirigido por Carlo Beltrame en colaboración con Paolo Mozzi y centrado en la reconstrucción de la dimensión portuaria de Altino.




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