Venezia e il Veneto

Hace un poco más de veinte años atrás visité Burano por primera vez. Fue una visita desinformada, llegué casi por azar, ya que el vaporetto en el cual estaba dando vueltas paró ahí.

De esa visita solo recuerdo los magníficos bordados hechos a mano que vendían en las casas del pueblo.

Los bordados siguen siendo el producto típico de la isla, pero lo que atrae hoy a los visitantes es el colorido de sus casas.

Dicen que el origen de esta tradición de pintar las casas de distinto color, se debe a que los antiguos habitantes, cuando regresaban después de un viaje o una intenso día de pesca, les gustaba poder reconocer su casa desde la distancia.

Aún cuando ahora hay muchos más turistas que hace veinte años, Burano continua a ser un lugar tranquilo para recorrer con calma.